La única certeza que existe es que vives y que vas a morir. Esforzarse por sobrevivir es producto de tu mente, al ser innecesario. Si es así, sólo resta el VIVIR.

Sólo es observar la naturaleza.
La única certeza que existe es que vives y que vas a morir. Esforzarse por sobrevivir es producto de tu mente, al ser innecesario. Si es así, sólo resta el VIVIR.
Sólo es observar la naturaleza.
Parece fácil y si, lo es, aunque la mayoría de nosotros hemos olvidado quienes somos realmente. Desde niños se nos mostraba una mejor versión de nosotros mismos que debíamos adoptar para encajar con unas reglas cualesquiera sean: sé obediente, educado, bien hablado, cree y práctica una la religión que te señalan como la única, asume tus culpas y expías tus pecados de acuerdo a las creencias de turno.
De niños, hacemos eso y más por ser queridos, aceptados y reconocidos por las personas cercanas, por aquellos y aquellas a las que más amamos y confiamos. Por ellas, sin darnos cuentan comenzamos a preferir el papel que nos da recompensas y no castigos, comenzando a olvidar quién somos por ser la versión que ellos esperan de ti. Optamos sin ser consciente de ello de ser uno más perdiendo así nuestra esencia, la LUZ propia que pueda darnos la felicidad y a través de la cual podemos dar nuestro aporte de LUZ en este plano terrenal.
La Madre Tierra está enferma. Sus polos se están descongelando, sus aguas están contaminadas, sus recursos naturales están siendo explotados y agotados, sus piedras preciosas saqueadas, su flora y fauna extinguiéndose, sus tierras desaprovechadas, sus frutos confiscados para ser comercializados al mejor postor.
Observo desequilibrio, autodestrucción.
Luego de experimentar el estado de goce de la unidad hago consciencia que es mi mente la que se cree separada de la unidad y proyecta una creencia inconsciente de culpabilidad y no merecimiento: miedo a la plenitud, a ser feliz, a ser libre. Siendo consciente de esto me perdono por crear en mi mente un falso yo en un marco rígido e inconsciente de carencia y limitación. Cuando empezamos a cuestionar conscientemente las leyes del ego -y practicamos el proceso del Verdadero Perdón / Expiación- un cambio verdaderamente milagroso ocurre.
Es curioso entender que no entendía nada. El despertar de consciencia sólo ha sido recordar quién SOY. Un reconocimiento de mi misma. Sigo sin entender del todo lo que percibo a través de mis sentidos, sólo lo reconozco como la ilusión que es, la acepto y lo miro desde la consciencia.
Estamos en un momento evolutivo en el que nos estamos sanando planetariamente. Estamos en un tiempo de transición en el que las energías del planeta se están transmutando en búsqueda de armonía.
Estas energías se realizan cambios profundos y acelerados en mí, en mis otros-YO, en mi entorno. Por la fuerza de esta energía se agudizan en lo social las contradicciones en los ámbitos personal, familiar, económico, político y religioso; en el planeta cada vez son más comunes fenómenos naturales que atemorizan al hombre.
La estructura física del planeta está conectada con nuestra conciencia y la consciencia del reino animal, vegetal y mineral. Toda la materia es energía y consciencia. La parte incide en el TODO del que es parte.
No es casual. Es necesario. Está pre-diseñado en el mundo de la ilusión para impulsar se rompan estructuras mentales innecesarias para el Despertar Colectivo. Después de la tormenta llega la armonía de la totalidad.
La humanidad actual necesita aprender de la penumbra para fortalecer la claridad de la luz que está por venir. Se está acabando el tiempo del oscurantismo. Se avecinan tiempos mejores. Este proceso de sanación tiene sus tiempos.